viernes, 6 de diciembre de 2019

Nomenclatura Custom


Como aficionado, profesional o simpatizante del universo de las motos custom, hay que saber de dónde provienen ciertos símbolos, logos o marcas. Los vemos habitualmente en de las aerografías, tatuajes o parches. Y su porqué. Además, sobre los hot-rods y muscle cars, gusto por “lo americano” y menosprecio por lo japonés.

LA KUSTOM KULTURE

Kustom Kulture es un neologismo utilizado para describir el trabajo artístico (pintores o tatuadores), vehículos y estilo o tendencia de aquellos que conducen, construyen o modifican coches y motos custom en los Estados Unidos, desde los años 50 hasta hoy. Todo desde las decoraciones pinstriping (pintura con finas líneas) cuyos principales impulsores fueron Kenny Howard y Dean Jeffries, modificación de Harleys, Triumphs..., Hot Rods y Muscle Cars, pintura de escamas metalizadas, pintura negro mate, arte Lowbrow, Googie, Tailfins, Pop Art,... son parte de esta subcultura con raíces en la historia del automóvil americano tras la Segunda Guerra Mundial.
La Kustom Kulture se identifica generalmente con los Greasers de los 50 (literalmente engominados), los Dragsters  de los 60 (carreras de velocidad en línea recta) y los Lowriders de los 70 (coches con la suspensión modificada y muy baja). Otras subculturas que han tenido influencia de la Kustom Kulture son los Skinheads, Mods y Rockers de los 60, los Punk Rockers de los 70, la música Metal y Rockabilly, los Scooterboys de los 80 y los Psychobilly de los 90. Cada cultura por separado ha añadido sus propias modificaciones a coches, moda, influenciado la música y añadido sus ideas de lo que está de moda y lo que no. La Kustom Kulture actual es una amalgama de todas estas subculturas.

Para entender esta subcultura, y toda su simbología, con las bandas de motoristas y el sentimiento antijaponés, es necesario que repasemos la historia de los Estados Unidos de los años 40 y 50, tras terminar la Segunda Guerra Mundial.

La vuelta de los soldados americanos tras la Segunda Guerra Mundial resultó ser agridulce, y su adaptación a la vida que habían dejado atrás hacía casi cinco años, nada fácil. El país que ahora los aclamaba había cambiado enormemente durante los años de su ausencia. El mundo que estos ex-combatientes habían vivido durante la guerra lleno de adrenalina y enfrentamiento con la muerte, generó un desasosiego al intentar adaptarse a su nueva, aburrida y monótona vida. Un desasosiego que algunos intentaron aliviar sobre una moto,  buscando revivir aquella emoción y paradójica libertad de los tiempos de la guerra. Miles de veteranos se encontraron errando por las carreteras americanas en grupos, dando origen a las famosas bandas de motoristas, que incorporaban los conceptos de camaradería y honor traídos del ejército. La moto, y en concreto una primera rudimentaria transformación apodada Bob Job, se reveló como el vehículo ideal para cualquier manifestación de rebeldía.

Muchos de estos soldados recién licenciados se establecieron en el sur de California y empezaron a comprar motos usadas. Las modificaron inspirándose en las máquinas de Hill-Climb de los años treinta. Quitaban guardabarros delanteros, acortaban traseros y, en general, eliminaban cualquier elemento cuyo peso lastrara la aceleración o el manejo. La Bob Job representa la antítesis de la perfecta moto de turismo de los años 40: la velocidad lo es todo y es lo que determina la forma de la máquina. La gente gasta su dinero en carburadores y magnetos y se deshace de la instrumentación, que sólo aporta peso e innecesarios datos. Los colegas que empujan la moto sustituyen con ventaja al mecanismo de arranque, que también pesa lo suyo, se tiran a la basura los adornos y los huecos que muestra la moto después de aligerarla son sencillamente ignorados. Las apariencias nunca habían importado en una trinchera o en un bombardeo.

Para estos motoristas sus empleos eran una incómoda necesidad que interrumpía su trabajo en las motos, pero les permitía pagar las mejoras y recambios, y a algunos hasta llevar su moto a decorar los depósitos con alegorías de los morros de los aviones militares. La inspiración de las tan típicamente americanas pinturas de pin-ups, son los conocidos dibujos de chicas en atuendos y postura más o menos sexy. Las llamas provenían de la decoración de los aviones de combate, principalmente bombarderos, que también habían participado con estos veteranos en la gran guerra, y así comenzaron a verse motos, por lo general Harley-Davidson e Indian, que eran auténticas réplicas de los llamativos motivos pintados en el morro de los aviones de la USAF.
Estas pinturas han dado origen a toda una cultura que comprende diversas formas artísticas: tatuaje, fotografía, ilustración, posters, publicaciones de todo tipo y merchandising, sobre todo en los Estados Unidos. Es el llamado Nose-Art (proveniente del morro de los bombarderos), y que comenzó en la Primera Guerra Mundial con las primeras decoraciones de Mickey y Popeye, cabezas de indio, bisontes, etc. y alcanzó su edad de oro durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día se conocen también como Kustom Graphics. Entre los motivos más habituales se incluyen todos los relacionados con la prensa y televisión de la época (sobre todo cortometrajes animados): las pin-ups, dibujos de Tex Avery, el pájaro loco…

En algunas de estas pinturas de aviones y posteriormente de motos Bob Job, también comenzaron a verse algunas cruces de hierro, o símbolos nazi, tales como esvásticas o las calaveras que aparecían en la indumentaria militar nazi, que no indicaban necesariamente simpatía con ellos, sino que aparte de tener la imagen de trofeo de guerra, servían al motociclista o biker -fuera de la ley- para expresar total rechazo a las normas sociales establecidas y para generar confrontación entre aquellos que no comprendían el modo de vida del biker.
Estos símbolos hoy en día generalmente se justifican con su origen histórico, eximiéndoles de su relación con el nazismo, explicando que son cruces de malta utilizadas por antiguas órdenes militares, de caballería y religiosas. Y aunque es cierto, el nazismo se apoderó de muchos símbolos existentes, y los símbolos que se utilizan en la cultura biker comenzó como un trofeo de guerra arrebatado a los nazis (arrancados de sus cadáveres), traído desde Europa por algunos soldados americanos.

Esta guerra también dejó en la sociedad americana (y más aún en los ex-combatientes), un acentuado sentimiento anti-japonés, que aún hoy en día se mantiene entre muchos bikers y que nació tras el bombardeo de Pearl Harbour. Esta guerra benefició sobre todo a Harley Davidson, que obtuvo grandes ingresos derivados de su contrato para abastecer al ejército, y además, un montón de clientes fieles (que también se tradujo en buena imagen): los veteranos de guerra, que grabaron en su memoria de forma indeleble sus días de guerra junto a la moto de Milwaukee.

Las bobbers que acompañaron en sus correrías a los veteranos de la Guerra, con el tiempo fueron evolucionando hasta convertirse en choppers. Mientras que las 'Bob Job' anteponían las prestaciones a todo lo demás intentando batir récords de velocidad, las choppers fueron olvidando poco a poco las prestaciones y la faceta deportiva de la moto; se alargaron las horquillas reduciendo sensiblemente la manejabilidad. Estas motos fueron las que utilizaron los veteranos de la guerra del Vietnam para demostrar su inconformismo y recorrer sin prisas las carreteras de Estados Unidos, en busca de la ansiada libertad.

También estos veteranos de Vietnam al regresar a su país, a menudo con lesiones en el tronco inferior, imaginaron y crearon unas motos que no lo son: los Trikes. Para conseguir un equilibrio que ellos no tenían, decidieron implantar en la trasera de la moto una tercera rueda, y encontraron en estos triciclos motorizados la puerta hacia el uso y disfrute de sus Harley-Davidson a pesar de su lesiones.

Este es el origen de la contracultura: el intento por parte del poder establecido de imponer unos cánones, que no hace sino impulsar la actitud de rebeldía. Hoy en día, no obstante, aquello que comenzó como un movimiento inconformista ha acabado por convertirse en una moda biker, que puede percibirse en las tiendas del sector. Si queremos que siga teniendo su sentido original, debemos volver a rebelarnos, creando nuestra nueva cultura custom actual, original y propia.

EL CHALECO Y LOS PARCHES

El chaleco de cuero es una prenda con mucha simbología en el mundo custom. Es la prenda que porta el parche, el mayor estandarte de un biker custom.
Cuando aparecen las primeras motos, y los primeros MC (Motorcycle Club) también aparece la Asociación Motorista Americana (AMA), en 1929. La AMA organizaba en sus reuniones, campeonatos de todo tipo, entre los que estaba -incluso- el del moto club mejor vestido. Esto ocasionó que los motoclubes lucieran sus colores en la espalda, en aquel entonces directamente en las chaquetas, y eran por lo general de una sóla pieza. Después de la segunda guerra mundial, la vestimenta cambia para asemejarse más a la de los pilotos de aviones de combate, con botas de cuero y cazadoras tipo aviador.

Para explicar el origen del 1% y los parches de 3 piezas, hay que explicar, los Disturbios de Hollister de 1947, que ocurrieron durante la celebración del Hollister Independence Rally, que se celebra anualmente con motivo del día de la independencia de los Estados Unidos del 4 al 6 de julio.  Según la prensa sensacionalista de la época, una invasión de sucios y bárbaros animales que se emborracharon, causaron grandes destrozos y aterrorizaron a los pacíficos ciudadanos. Las fotos que acompañaban algunos de estos artículos, como la portada de la revista LIFE del 21 de julio de 1947, estremeció a los Estados Unidos.

 

El rally, patrocinado por la AMA, recibió unos 4000 visitantes ese año, muchas veces más de los que se esperaba inicialmente, así que el pequeño pueblo de Hollister, se inundó de bikers que tuvieron que dormir en aceras y parques. Durante el evento se detuvo a unas 50 personas, la mayoría por abuso de drogas y alcohol, conducción temeraria y desórdenes públicos. En particular, miembros del Boozefighters MC, fueron acusados de peleas y carreras en plena calle. Hubo 60 heridos, de los cuales 3 graves. Los representantes de la AMA, buscando evitar la mala imagen que rodeó al rally, alegaron en una conferencia de prensa que "los problemas han sido causados por maleantes que tan sólo representan el 1% de todos los motoristas, que empañan la imagen tanto de las motos como de los bikers". La AMA hoy en día dice que no tienen constancia de haber hecho esa declaración a la prensa, y dicen que la historia es apócrifa. Dicha declaración condujo a la creación del término One Porcenter (dentro del 1%) para describir a los bikers fuera de la ley.

A partir de entonces, los OMGs (Outlaw Motorcycle Gang) no sólo empezaron a lucir los parches de 1%er, sino que dividieron el parche grande en tres para diferenciarse de los grupos asociados a la AMA. Así, lo primero que identifica a un miembro de un MC fuera de la ley, es el chaleco adornado con los parches del club en la espalda, que contienen el logo del club en el centro, el nombre del club en un parche superior o top rocker, las letras MC y el posible estado, provincia o identificación del grupo dentro del MC (o chapter, capítulo) en un parche inferior o bottom rocker. A este conjunto de parches, se les conoce como colores o cut. Las asociaciones de motoristas o clubs que no están fuera de la ley generalmente no se identifican con parches MC.

A parte de estos parches situados en la espalda, en los OMG los chalecos se complementan con otros parches frontales que muestran el rango de la persona que lo lleva, parche 1%er, el lema del MC, alas de colores con significado variado.
Los parches en los MC se colocan en chaleco en lugar de directamente sobre la chupa, porque no siempre interesa mostrar los colores, por presencia policial o bandas rivales, y el chaleco puede vestirse tanto encima como debajo de la chupa de motero o quitarse fácilmente. Además, los parches no pertenecen al biker, sino al MC, y si se abandona el MC, el chaleco o los parches deben devolverse.

La tendencia de algunos bikers a adornar el chaleco hasta llenarlo de parches y medallas proviene de Gran Bretaña, de la época de la Subcultura Rocker, donde se puso de moda adornar el vestuario e incluso la moto con todo tipo de insignias y recuerdos.

LA RUTA 66

La Ruta 66 es uno de los iconos esenciales de Estados Unidos, y representa multitud de ideas: libertad, migración al oeste y la soledad de la tierra estadounidense. Para los norteamericanos representa la esencia de su forma de viajar.
La U.S. 66, también conocida como U.S. Route 66, Route 66 (Ruta 66), The Main Street of America (La calle principal de América), The Mother Road (Carretera Madre) y la Will Rogers Highway (Carretera de Will Rogers), formó parte de la Red de Carreteras Federales de Estados Unidos. Fue una de las rutas federales originales,se estableció el 11 de noviembre de 1926, aunque no se señalizó hasta el año siguiente y no estuvo totalmente pavimentada hasta 1938. Originalmente discurría en un trazado diagonal desde Chicago (Illinois), a través Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California, hasta finalizar en Los Ángeles con un recorrido total de 2.448 millas (3.939 km).
El tráfico creció en la carretera debido al amplio territorio que cubría. Gran parte del trazado de la carretera era esencialmente llano lo que hizo que fuera una popular ruta de camiones.
La Ruta 66 fue el principal itinerario de los emigrantes que iban al oeste, especialmente durante la dust bowl de los años 30, y sostuvo la economía de las zonas que la carretera atravesaba. La gente que prosperó durante la creciente popularidad de la carretera fue la misma que años más tarde luchó por mantenerla viva cuando empezó a construirse la nueva Red de Autopistas Interestatales de Estados Unidos.

John Steinbeck la inmortalizó en su novela Las uvas de la ira de 1939, aportándole el calificativo de Mother Road (Carretera Madre). El libro, llevado al cine por John Ford al año siguiente, narra el papel que la carretera jugó en los años posteriores a la Gran Depresión de 1929, cuando 210.000 personas la utilizaron para emigrar hacia California en busca de una nueva oportunidad.

En 1946, después de una década en que la ruta sirvió para los movimientos de tropas y posteriormente de civiles al regreso de la Segunda Guerra Mundial, Bobby Troup compuso durante un viaje a Los Angeles su célebre Get your kicks on Route 66 un tema que elevó la Ruta 66 a la consideración de leyenda, y que fue versioneada, entre otros, por Nat King Cole, Bob Dylan y los Rolling Stones.

En 1957 se publicó On the Road (En el camino), una novela no convencional en la que Jack Kerouac narraba varios de sus enloquecidos viajes a través del país. La ruta se convirtió así en uno de los viajes favoritos de los jóvenes beat, que la recorrían en autobuses Greyhound o en coches robados o destartalados. El enorme éxito que la obra tuvo entre los desarropados miembros de su generación contribuyó enormemente a popularizar la Ruta 66, a pesar de no tratarla sino de pasada.

En los años 60, la ruta vivió un nuevo auge a partir del resurgimiento de grupos de motoristas recorriendola en ambos sentidos y de la serie televisiva Route 66, que despertó en los norteamericanos un nuevo ansia por la aventura y la vida en la carretera. El entorno de la ruta lo recoge también la trama de Easy Rider, película ya considerada de culto que protagonizaron Dennis Hopper y Peter Fonda. Es quizá esta película la que mejor ha sabido recoger el sentido actual de la ruta.



La U.S. 66 (Ruta 66) fue descatalogada (es decir, oficialmente retirada de la "Red de Carreteras de Estados Unidos") el 27 de junio de 1985 después de decidirse que la carretera ya no era relevante y haber sido reemplazada por la Red de Autopistas Interestatales de Estados Unidos. Partes de la carretera que discurre a través de Illinois, Nuevo México y Arizona han sido señalizadas con letreros de Historic Route 66 (Ruta Histórica 66) y ha vuelto a aparecer en los mapas de carreteras de esta forma, resistiéndose a morir, y aún hoy miles de visitantes y viajeros siguen los restos de la original Ruta 66 desde Chicago a Los Ángeles.


FLYING EYEBALL

El flying eyeball u ojo alado es un símbolo clásico de la Kustom Kulture. Fue dibujado por Kenny Howard, (Kenneth Robert Howard; 7/9/1929 - 19/9/1992) también conocido como Dutch, Von Dutch, o J. L. Bachs (Joe Lunch Box), quién fuera mecánico de motos, artista, pinstriper, modelador de metal y maestro armero. Su padre, Wally Howard, fue pintor de carteles en Los Angeles, y a la edad de 10 años, el joven Kenny Howard era capaz de pintar y escribir carteles a nivel profesional.

Al comienzo de la década de los 50, comenzó a ganar dinero haciendo decoraciones pinstriping junto con Dean Jeffries, y desde entonces, Von Dutch ha tenido gran influencia en la customización de vehículos hasta hoy en día. Algunos de sus más famosos trabajos incluyen el Flying Eyeball y el Kenford truck, así como muchas motos y coches custom que ganaron grandes premios. Entre otros entusiastas de las motos y coches custom, se le considera uno de los padres de la Kustom Kulture, por lo que el Flying Eyeball suele ser un motivo en los dibujos y tatuajes relacionados con ella.

LA BANDERA DE LOS ESTADOS CONFEDERADOS


La bandera oficial de batalla de la Confederación era de tamaño cuadrado. Sin embargo, existe una variante rectangular de ésta que se ha convertido en un símbolo ampliamente reconocido del Sur (de los Estados Unidos); esta variante fue usada por algunos batallones del ejército Confederado, y se la reconoce como Bandera Confederada o Bandera de Batalla Confederada aunque nunca representó realmente a los Estados Confederados como una nación. También se la conoce como bandera rebelde o bandera dixie.

Su exhibición pública sigue siendo un asunto controvertido y emotivo, generalmente porque no hay un acuerdo acerca de su simbolismo.
Algunas organizaciones que han contribuido a dar mala imagen a la bandera incluyen grupos racistas como los Neo-Nazis y el Ku-Klux-Klan u organizaciones separatistas como las Aryan Nations.
Quienes apoyan a la bandera, la ven como un símbolo de la herencia sureña y como símbolo de diferenciación cultural y tradicional con los norteños, sin connotación política o racial. Así pues, se utiliza sobre todo en conciertos de Rock'n'Roll, Rockabilly y música Country (en los estados del sur se vio nacer el Jazz, el Blues, el R&B, Soul, Rock'n'Roll, Rockabilly y Country).
Debido a que está prohibida en algunos colegios y universidades por tener cierta connotación racista, su uso -en este contexto- también se ha considerado un ejercicio de libre expresión, o como símbolo de rebelión contra la tiranía.

Como resultado de todas estas percepciones, la bandera ha estado rodeada de cierta controversia después de usarse en banderas de estados del sur, eventos deportivos, universidades y edificios públicos. De acuerdo al historiador sureño Shelby Foote, la bandera representa la resistencia del Sur a la supremacía política del Norte, y se cargó de connotaciones racistas durante los Civil Rights Movement de las décadas de los 50 y 60.

EL AS DE PICAS


En la Segunda Guerra Mundial, se utilizaron los cuatro ases de la baraja para facilitar la identificación de los regimientos del aire, con connotación de buena suerte.
Unos veinte años más tarde, en la Guerra de Vietnam, el as de picas se utilizó nuevamente, pero en esta ocasión como un arma psicológica; los soldados del Vietcong eran muy supersticiosos, y el as de picas significa la muerte anunciada en la adivinación: La Dama de la Libertad de picas es la diosa de la muerte.
Así, se arrojaron millones de cartas desde el aire, se pintaron carros de combate, helicópteros, e incluso los soldados -americanos- llevaban pegado el as en sus cascos para proporcionar ventaja psicológica en la lucha cuerpo a cuerpo. Se dejaban también ases de picas en los cuerpos de los vietnamitas muertos.
El concepto que transmite principalmente es que quienes lo llevan se defenderán hasta el último aliento, aunque esto resulte en la muerte de alguien (especialmente si el as de picas contiene una calavera).

EL NÚMERO 13


Se puede encontrar sólo en un parche o con otros símbolos. Tiene diferentes significados:


  • La letra M, la decimotercera del alfabeto significa Marihuana, María o Metanfetamina. Se asume que quien lleva un parche con el número 13 es o un consumidor de drogas o trafica con ellas.
  • Quién lleva el número 13 es su propio Jurado y Juez. Proviene de que en Estados Unidos, los jurados criminales se componen de 12 miembros del jurado y un Juez.
  • Cogiendo el sentido del tarot, representa el cambio: la muerte de algo y el nacimiento de otra cosa. Así, en contraposición a la tendencia social habitual, tendría connotación de buena suerte.
  • El 13 también estaría relacionado con la palabra motocicleta (o en inglés motorcycle) que empieza por M.
  • En un capítulo honorífico de miembros de un MC fallecidos la M, en este caso, representaría la palabra Murder.
  • El 13 representa la mala suerte, es un número maldito (recuerda el 12+1), existen incluso personas que tienen fobia al número 13 (triscadecafobia)



LA BOLA 8


Proviene de la expresión: Behind the eight-ball (detrás de la bola ocho). Ésto se contempló en los depósitos de muchas de las primeras bobbers. Significa que se está en una posición difícil, peligrosa, como en el pool. Si metes la 8 a destiempo, pierdes, y si estás detrás de ella, bloquea el tiro: situación desfavorable y comprometida.

En los años 70, tras despertar la cultura gay, en los años de los hippies, la bola 8 se convirtió en un icono homosexual (por el concepto de "tras la bola negra") y por eso, en el entorno biker americano los únicos que la lucen son los moteros gay.

CRUZ DE MALTA

Las tropas que regresan a los USA procedentes de la II Guerra Mundial, han combatido y acaparan trofeos de guerra, algunos de estos trofeos eran la cruz de hierro o cruz teutónica, una medalla nazi repartida para subir la moral a la tropa. Los soldados de USA las recogían de los enemigos abatidos.
Posteriormente aparecen bikers que aportan otro significado a estas cruces, puede verse pintadas o en parche.


@ Jorge Aranda/Nacho Mahou






Dos años del concesionario Indian Motorcycles Madrid

Conocidos como Milla Custom, Gema y Paco llevan desde 2005 en Madrid con su pasión, las motos. Ahora están enfocados, entre otras cosas, con las Indian, las motocilcetas de Medina, Minnesota. En esta aventura les acompaña Quique Meliá.
Para celebrar los dos fértiles años que llevan con la cosecha de su negocio ofrecieron a los entusiastas de las dos ruedas y de las motos Indian, un selecto encuentro de amigos que pudieron comprobar su hospitalidad y buen gusto.
Las estrellas del momento fueron las motos, sobre todo la Challenger 2020, con el nuevo propulsor, el Indian PowerPlus de refrigeración líquida y gran potencia. La versión Dark Horse acaparó la mirada de los presentes en el centro del área.





En estos encuentros me deleito observando a la gente; unos con los ojos fuera de la órbitas, ataviados con unas de sus tres camisetas negras y aparcando su humilde montura lejos de miradas críticas. Otros, recién bajados de su ampulosos todoterrenos, en la misma puerta, por comodidad y exhibición. Estos también son los que se suben a las motos expuestas (sacrilegio para algunos) para hacerse la foto con el móvil reluciente. Y luego están los motociclistas veteranos, que se agachan a ver detalles técnicos. Comentan lo apropiado de los neumáticos de ésta para ésto y otras precisiones interesantes. Y en el concesionario de Indian Motorcycles Madrid hay mucho que ver, mucho que comentar. La gama es amplia, con estilo propio y soluciones diversas respecto a motorización (refrigeraciones disponibles atmosféricas o por líquido).


La más fotografiada de todas la motos expuestas (y mi favorita para probar) es la Indian FTR 1200, con unos 120 CV para estrujar el mango. Cosa fina. Horquilla invertida, monoamortiguador trasero, frenos Brembo… un carácter deportivo rabioso e indomable. Además de una estética agresiva, con un chasis tubular a la vista. Una rompenucas en el semáforo.
La mítica marca de motos americanas fundada en 1901 se está haciendo un hueco en el nicho de las motos custom, con un crecimiento en ventas y lo que es más importante, en amigos y simpatizantes de la marca que desean una identidad propia, amparada bajo las siglas Indian, que ofrece calidad, tecnología y buen rollo. Te animamos a pasar por la Avenida de Valladolid, 19 (Madrid) o visitar http://WWW.MILLACUSTOMMADRID.COM/. Seguro que algo dentro de tí hace tilín. Si quieres, puedes solicitar una prueba de demostración de los diferentes modelos disponibles y verás que tu espíritu puede cambiar.



@nacho.mahou


jueves, 5 de diciembre de 2019

Madrid se mueve, sobre todo en Harley

Hace mucho que no venía a Madrid, y ahora ya estoy instalado, después de un caluroso verano y un incipiente invierno, pasando por un placentero otoño. Las cosas de Harley hace tiempo que no cambiaban. Ibas a Makinostra o ibas a Capital. Donde mejor te atienden, te la pillas.
Ya no. 2-1+2=3. ¡Qué me estás contando! A ver, me explico. Ha cerrado Harley-Davidson Capital (su web sigue viva http://www.harley-davidson-capital.es/), y han abierto dos concesionarios más. Aunque son de otra naturaleza bien distinta y aledaños a Makinostra. 


El primero se auto denomina pop up store, y está ubicado en el centro de Madrid, en la calle Princesa nº1, en plena Plaza de España, en un esquinazo predominante. Sólo va a durar como tal tres meses, eso sí, con un horario de siete días semanales, de 11.00 h a 20.30 h. Es un concepto nuevo, pop up store, significa tienda emergente, como las setas, vamos; de temporada. Está conceptuada para peatones, pues no palpé ningún aparcamiento de motos cerca. 
El segundo concesionario también acumula novedades. Está bastante lejos del centro de Madrid, de hecho hay que rodar hasta el kilómetro 14 de la A5, desviarte un par de kilómetros por Alcorcón, hasta llegar al centro comercial X-Madrid. “¡Por la rampa de abajo!”, me gritaban los seguratas, según llegaba, y tras un estacionamiento de coches, desde donde ya se vislumbra la fachada con los colores y logos de Harley, llegas a un espacioso y cuidado parking exclusivo motos. Bien. 


Harley-Davidson Madrid Sur, que así se llama, aunque está al sur oeste (a menos 20, en la esfera del peluco). Su acrónimo: @hdmadsur. Consta de 325 m² de tienda, y el taller dentro de la propia instalación, que permiten ver sus entresijos desde las cristaleras. Quiero distinguir a mi colega Josete, a cargo de ese departamento. Nos deshicimos las espaldas a abrazos sonoros y los carrillos a besos castos. Así empezó la fiesta de inauguración, el pasado jueves. Los saludos a los propietarios no solo son de cortesía, hay mucho cariño y cuantiosos kilómetros compartidos. Los feligreses de la marca de Milwaukee se ven felices de disponer de otro santuario. La Fe en San WillyG es perenne. 
Dicho centro, X-Madrid, es de lozano concepto, ya empezando por el nombre. Buceo, escalada y surf son algunas de las actividades que se pueden efectuar allí. 




La fiesta de inauguración fue de gran notoriedad, y de salvaje ritmo impregnado por los temas de @luckydados, una de las bandas más solicitadas, que expulsan de sus engranajes sonoros grasa, gasolina y rock clásico. ¿Te suena? El Sur es tu norte, man.



@nacho.mahou

Mis colegas se mueren

Otro día del calendario tacho
Con eso me entran ganas de verte
Y oírte decir “oye macho”,
pero lo impide tu muerte

Así que mucho lo siento
cuando subiste a esa barca
ya nos quedamos sin tiempo
Te arrancó de mí la parca

Se me mueren los colegas
Será que cumplimos años?
Se acortan las escaleras,
desaparecen los peldaños

Tu vacío es un hueco
No se llena fácilmente
marcha atrás en el tiempo?
ni lo hagas, ni lo intentes

No te veré más, te fuiste
lo hiciste por sorpresa
joder, desapareciste
joder, puta “tristesa

Tus risas, tu mirada, tus guiños
los echaré de menos
y por mucho que escudriño
no veo tus ojos serenos

Quedan planes incumplidos
Abrir el mapa de nuevo
desplegando recorridos
contigo molaba un huevo

Veo tu contacto en la redes
como una lápida virtual
no respondes, no puedes
te considero inmortal

No me jodas colega, no me jodas
Con eso de tu muerte,
realmente me incomodas
Vamos a rodar por el Jerte
Unas cervezas beberte

@ nacho.mahou

Harley-Davidson Fat Bob 2020

Me abro en Canal


Al confirmarme que está disponible la Fat Bob en el “conce” me pongo la ropa de moto, engancho el casco con la izquierda mientras sigo por el pasillo de mi casa. Pillo la línea 6 y me abro en Canal. Unos metros después ya llego a la calle General Álvarez de Castro, que no es tan larga para tanto nombre. En Makinostra me atiende la hilera perfecta de la sonrisa de Sergio, siempre exultante. La documentación, la firma, la copia y las llaves. ¡Hasta luego man! ¡El sábado! ¡Ya, ya! Poco tiempo, es una moto de demo, pero vamos a rodar.
La Fat Bob… mmmm… me digo, mientras retuerzo un extremo del bigote, a mi mente llega la que probé en las carreteras de Tenerife allá en el lejano 2008, y que aún se llamaba FXDF. Fué el primer reportaje de ChopperOn Magazine número 1. (https://issuu.com/chopperon/docs/chopper_on_junio_01/10). #chopperonmag No sé como definir esto: nostalgia, recuerdos, perspectiva, experiencia, canas… Decide tu, lector.
Roberta la Gorda la llamé y la llamo. Esta unidad es negra como el contramuslo de un grillo; excepto en los cubre escapes, de un dorado satinado; y los silenciosos, en aluminio mate. El precio de 2008 era de 17.200 € y ahora ronda los 19.300. Buena inversión, pero buena.
Sujeto la llave con el guante derecho, mientras busco la hendidura apropiada. Hace mucho que no me subo a una H-D de nuestros tiempos, soy -paradójicamente- de las Evolution. Solo hay que subirse y apretar dos botones del puño derecho, contacto y arranque. La primera sensación es de pesadez, antes de que dé la rueda delantera su primera vuelta, luego se unen usuario y motocicleta en un empalme que se mantiene erguido hasta culminar la faena. ¿Me he liado o se me entiende?
Un atasco madrileño nocturno, rociado de gotas finas y frías, pre navideño y pro “blacfraidei”, atrasa el gozo, quiero carretera, incluso quiero túnel, ya puestos a pedir. Y así fue, tras probar las justas particularidades urbanas de Roberta, abro gas, ya con unas marchas más largas. Sorteo con agilidad el atenuado tráfico, la moto es ágil, la llevas por donde quieres, vivo, resuelto, usando el cuerpo y el contramanillar, que ayuda. Salir de la M30 y superar los 70km/h era lo siguiente, esto corre muuuuuucho, me mola. La postura es muy digna, de líder de manada, de macho alpha, del puto amo. Fuerzo en las zonas húmedas, sobre la pintura, las grietas de brea y nada, no se mueve. En los semáforos te miran, los colegas te comentan según sacas la pata de cabra al llegar, y tu ego se hincha como el pecho de un lobo en una noche de luna llena en un bosque de coníferas.
Su estética destaca en tres puntos: la gran rueda delantera de 130 mm. de anchura, la óptica frontal y el guardabarros trasero recortado. Aaaah y un “motoraco” de 1.745 cc. Si quieres datos precisos, mira: https://www.harley-davidson.com/es/es/motorcycles/fat-bob.html #makinostrah_d


@Nacho.Mahou






“La manchita del pie izquierdo”

Hay características que distinguen a un viejo motociclista (old biker queda molón) de los que no lo son. Su ajada cazadora de cuero, con rozaduras en los pliegues externos, en contraste con los brillos de los internos. Raspones en el extremo de las mangas, en el puño. Guantes con la palma desgastada por el uso del mango; bandana deshilachada; camiseta que fue negra y luce un gris “panzaburro” y unos logos desintegrados, que apenas comunican su mensaje inicial; pantalones vaqueros que marcan los bultos perennes, sean propios atributos, de tecnología o para llevar la pasta. Este último -la cartera- se une a una cadena que cuelga de una de las presillas delanteras de la pretina (acabo de buscar los nombres de las partes del pantalón en Google). La cadena también puede dar pistas sobre la veteranía del biker. Observar su casco también delata su mundología. Nunca está nuevo, caducó su homologación. El forro interno se haya consumido por diferentes elementos, ninguno higiénico. El mismo sol, puede afectar al color, deteriorado por la mezcla de sudor, el ácido emanante de cuero cabelludo, queratosis seborreica, caspa o tintes varios. ¡Qué asco de casco!, ahora que me releo.
Pero, ay amigo, algo desenmascara al motociclista rodador. La manchita en el zapato izquierdo. Sí, eso es, esa transferencia de color de la palanca de las marchas. La primera para abajo, no cuenta, que que coincide la presión con la suela de tu calzado. Pero las demás se ven machacadas continuamente con la presión ejercida por el metal y la superficie de la bota o lo que coño lleves en los piés. Si es de color negro tu chiruca, costará más ver “la manchita del pie izquierdo”. Tampoco incumbe este criterio si vas con chanclas ¡estúpido! (uy, se me ha escapado).
El mejor escaparate para “la manchita del pie izquierdo” son las botas tipo Timberland, por supuesto las Nikes blancas y los zapatos de ante o piel vuelta.
Pues hay creada un industria auxiliar que propone soluciones para los bikers aseados, y consiste en un cobertor de pie izquierdo para que se lleve el desgaste de la palanca de cambios de marchas de tu moto y salve de sufrimiento al borceguí. Los hay de goma, de vinilo, de cuero repujado. Con tira elástica, con hebilla metálica, con costuras flexibles, con resortes magnéticos entrelazados (hey, que se me va la pinza). Pero los más flipantes son los más simples: un condón, un trocito de látex enrollado, eso sí, de la talla de un dedo, o de picha de caniche. Esos preservativos se usan en el mundo erótico para el destino digital/anal, evita que las uñas se llenen de mugre. Lo dejo aquí, que me lío mucho. Mierda.

@nacho.mahou




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